WASHINGTON, 25 ago (Xinhua) -- China y Estados Unidos, que lucharon juntos contra los fascistas hace 70 a?os, deben continuar impulsando el legado de cooperación y amistad forjado en la Segunda Guerra Mundial, declaró Nell Calloway, nieta del general Claire Chennault, comandante de los "Tigres Voladores".
"Durante los oscuros días de la Segunda Guerra Mundial, los pilotos estadounidenses brindaron esperanza, valor, apoyo militar y hermandad al pueblo chino que luchaba contra el flagelo de una arrolladora, generalmente brutal invasión", escribió Calloway en un articulo publicado este lunes en The Washington Times bajo el título de "Recordando el heroísmo de los Tigres Voladores".
"Tigres Voladores" fue el nombre dado al Grupo de Voluntarios Estadounidenses que lucharon junto a China contra la agresión japonesa durante la Segunda Guerra Mundial.
El grupo de pilotos voluntarios de la Marina, el Ejército y los Cuerpos de Marines de EEUU fue organizado por el general Chennault en 1941 con la autorización del entonces presidente norteamericano, Franklin Roosevelt.
"La historia de los Tigres Voladores es amplia y emotivamente conmemorada por los chinos. Ambas partes arriesgaron sus vidas unos por los otros, profundizando los lazos entre los estadounidenses y los chinos", subrayó Calloway.
"Más de 200 militares estadounidenses fueron rescatados por el pueblo chino arriesgando sus propias vidas, pues China luchó como un aliado resuelto y clave", a?adió.
Durante la guerra, los "Tigres Voladores" defendieron los cielos de China y destruyeron más de 2.000 aviones japoneses.
Calloway expresó que el legado de su abuelo "demuestra un camino para entender mejor a nuestros países".
"No existe razón alguna para que nuestras naciones no puedan volver a mirar los desafíos actuales y encuentren las vías para superarlos mediante el trabajo conjunto - volar nuevamente 'sobre la joroba' hacia la victoria", comentó.
"La joroba" fue el nombre dado por los pilotos a la ruta de 840 kilómetros utilizada para las misiones de suministro entre la India y el suroeste de China, sobre las monta?as del Himalayas.
Cientos de aviones se estrellaron durante las misiones a través de la peligrosa ruta entre 1942 y 1945, conocida también como "ruta de la muerte".
"Los ciudadanos comunes continúan fortaleciendo las relaciones China-EEUU mediante el impulso de la buena voluntad legada por los Tigres Voladores", se?aló Calloway.
"Hoy, son cada vez más los estadounidenses y chinos que viajan entre los dos países y estudian el idioma del otro. Esto (es) un vínculo con el poder de superar las diferencias entre nuestros dos países", apuntó.
En sus memorias "Camino de un luchador" publicadas en 1949, Chennault escribió: "Es mi más profundo deseo que la se?al de los Tigres Voladores siga en el aire mientras sea necesario y que siempre sea recordada en ambas orillas del Pacífico como símbolo de dos grandes pueblos que trabajan juntos por un objetivo común en la guerra y en la paz".
"De esta manera la amistad chino-estadounidense podrá fluir siempre, igual que los ríos Yangtsé y Misisipi", manifestó Chennault en su libro.