SANTIAGO, 13 ene (Xinhua) -- La presidenta chilena Michelle Bachelet separa la situación familiar, en la antesala de la formalización judicial de su nuera por un polémico negocio inmobiliario, y sus labores como jefa Estado, dijo hoy el ministro del Interior, Jorge Burgos.
Bachelet "hace un distingo entre sus dolores personales legítimos y el funcionamiento del gobierno que ella preside y conduce", dijo Burgos.
Natalia Compagnon, nuera de la presidenta de Chile, es sometida a juicio por un polémico negocio de especulación inmobiliaria que involucra a su esposo, Sebastián Dávalos, hijo de la mandataria.
Compagnon será presentada el 29 de enero ante un tribunal de la ciudad sure?a de Rancagua, capital de la provincia de Cachapoal, en la región de O'Higgins (centro-sur).
La acción judicial, que es extensiva a nueve personas, se centra en las actividades financieras de la empresa Caval, cuyo 50 por ciento pertenece a Compagnon y donde figura como ejecutivo su esposo Dávalos.
La nuera de la mandataria declaró el lunes en calidad de imputada por su posible participación en los delitos de violación de secreto, negociación incompatible y cohecho.
"El distingo es fundamental, esta es una república que funciona, por disposición de los chilenos, y es conducida por cuatro a?os por su excelencia y ésta y sus instituciones funcionan", se?aló el jefe de Gabinete.
El ministro del Interior insistió que "más allá de una cosa legítima que son los dolores personales y eso todo el mundo lo tiene que entender, la presidenta dirige un Estado donde es fundamental que las instituciones ejerzan su rol y eso todos lo tenemos que cuidar y ella es la primera en cuidarlo".
Respecto a la presunta culpabilidad de la pareja, Burgos aludió a la necesidad de esperar una sentencia.
"En un Estado de derecho no hay juicio de culpabilidad hasta que se dicta la sentencia y que además no tiene recursos pendientes. Por eso no se pueden emitir juicios, son procesos que tienen que terminar para dictar sentencia y la sentencia la distan los tribunales", concluyó.
Dávalos y su esposa gestionaron personalmente a través de su empresa Caval, un crédito de 13 millones de dólares ante Andrónico Luksic, unos de los due?os del Banco de Chile, el principal banco del país.
Los cuestionamientos surgieron porque la microempresa logró reunirse con el presidente de la entidad bancaria, tramitó un préstamo superior al monto de 3.000 dólares que informó el peque?o emprendimiento como activos, en una trámite aprobado días después de la elección de la jefa de Estado.
El dinero se destinó a un negocio inmobiliario que entregó a la pareja unos seis millones de dólares en utilidades y sobre el cual también pesan dudas respecto a un eventual uso de información privilegiada.
Ante el revuelo que desató el caso, Dávalos renunció en enero de 2015 a su puesto como director Socio Cultural de la Presidencia, una función similar a las de primera dama.
El caso derrumbó la popularidad de la mandataria a mínimos históricos.