Yang y su familia se transladan hacia el nuevo apartamento. (Foto: Yang Jun)
Mejores perspectivas
Zhu Aiyong, nativo de la aldea Yikoudao, consideraque la reubicación enTongren ofrece un mejor futuro para sus hijos.
Con 37 a?os de edad, cuando se enteró del proyecto de reubicacación Zhuregresó de la provincia de Jiangsu, donde se encontraba trabajando.
Su esposa está embarazada de su quinto hijo.
"Vivir en la aldea nos presionópara tener otro hijo", admite Zhu Aiyong.
"No queríamos más hijos debido a los problemas financieros. Tampoco me habría interesado seguir buscando el hijo varón si hubiera sabido que nos mudaríamos a la ciudad."
Hace más de un mes, Zhu abrió un restaurante de pescado asado cerca de Xiangtanglong.
Zhu Aiyong dejó de estudiar durante el primer a?o de secundaria, para dedicarse a apoyar a su familia.
Su padre era un trabajador migrante. Le crió su madre y sus hermanos.
"La escuela costaba dinero. Dejé de estudiar para ir a ganarlo", evoca Zhu.
"Es una lástima. Ojalá pudiera haber aprendido más, así habría podido tener un mejor futuro. No permitiré que algo así le pase a mis hijos".
Zhu Aiyong recordó que tuvo que renunciar a un trabajo en la planta de Coca-Cola de Guangdong porque no sabía utilizar un ordenador.
"Era mi primera vez delante de una computadora", confiesa. "Y aunque entrené durante un mes, fue demasiado difícil para mí".
Trabajando como migrante amplió su visión del mundo.
"Los aldeanos sólo se despiertan y ven la granja. Toda la vida es la granja. No conocen nada más", precisa Zhu.
Dos de sus hijas, de 5 y 13 a?os, están en Tongren y las otras dos se encuentran al cuidado de sus abuelos.
"Espero poder llevarlas a la ciudad", asegura. "Allí tendrán una vida mejor y disfrutarán de oportunidades que yo nunca he so?ado".