Por Raheela Nazir
ISLAMABAD, 21 feb (Xinhua) -- Wali Khan Azizi tenía una peque?a tienda de alfombras en Islamabad, pero el afgano de 55 a?os que aún permanece en Islamabad como refugiado se vio obligado a vender hace poco todas sus alfombras y otros artículos del hogar, preparando su pronto regreso a Afganistán.
Sería como volverse un "inmigrante" una vez más, ya que la mayoría de los refugiados afganos que se encuentran en Pakistán han estado viviendo en ese país por varias décadas, dice Azizi. "?Qué haré allí?", pregunta el barbado afgano cuando se le pregunta por qué no quiere regresar a su país de origen.
Azizi, como millones de afganos refugiados, se trasladó a Pakistán después de la invasión de la Unión Soviética a Afganistán. La primera ola de refugiados afganos a Pakistán comenzó en ese momento, a finales de los a?os setenta del siglo pasado, y a finales de 2001 ya habían allí más de 4 millones de refugiados afganos en territorio pakistaní.
Las preocupaciones de Azizi empezaron cuando el gobierno pakistaní decidió el 31 de enero conceder una extensión de sólo dos meses al permiso que tienen 1,4 millones de afganos registrados para permanecer en Pakistán, argumentando amenazas a la seguridad y los problemas económicos que enfrenta el país debido a los refugiados.
La medida de Islamabad ha causado caos entre las familias, mientras la incertidumbre y el miedo se han apoderado de los afganos refugiados a medida que se acerca el plazo de 60 días para su repatriación.
De acuerdo con el Ministerio de Estados y Regiones Fronterizas (SAFRON), Pakistán ha sido el hogar de millones de refugiados afganos en los últimos 33 a?os, a pesar de la repatriación de aproximadamente 3,7 millones desde 2002.
Además, el gobierno ha registrado 700.000 afganos indocumentados durante una campa?a de seis meses, iniciada en agosto pasado, de acuerdo con SAFRON.
Pakistán ha extendido la validez del permiso de estadía de los refugiados afganos al menos siete veces, pero el gobierno en Islamabad ha se?alado que la extensión del pasado enero será la última.
"La economía de Pakistán ha soportado la carga de acoger a los refugiados afganos durante mucho tiempo y, en las circunstancias actuales, no puede sostenerlos más", según un comunicado del mes pasado del gabinete federal pakistaní.
Pakistán tiene compromisos con la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y con el gobierno afgano de que no habrá retornos forzosos.
"Queremos que los refugiados afganos regresen con dignidad lo antes posible. Sin duda, la repatriación voluntaria es el objetivo, todos debemos tomar medidas para crear condiciones favorables para su regreso", dijo en una conferencia de prensa el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Pakistán, Muhammad Faisal.
De hecho, las relaciones entre Pakistán y Afganistán se han deteriorado en los últimos a?os y la tensión ha aumentado después de varios ataques terroristas en ambos lados de la frontera. La tensión se avivó aún más cuando cada cual acusó a los insurgentes del otro país de llevar a cabo los ataques.
El sábado, el comandante del ejército pakistaní, general Qamar Javed Bajwa, indicó en la Conferencia de Seguridad de Munich (Alemania) que Pakistán había albergado a tres millones de refugiados afganos y que ahora había llegado el momento de repatriar a estas personas a su propio país para vencer al terrorismo.
"Es la única forma en que podemos asegurarnos de que nadie abuse de nuestra hospitalidad y tierra para hacer da?o en Afganistán", dijo el jefe militar.
Luego de un ataque con aviones no tripulados de Estados Unidos, realizado el pasado 25 de enero en el distrito de Kurram, en el noroeste de Pakistán, el ejército pakistaní aseguró que el objetivo del ataque se había escondido en un campo de refugiados afganos.
Mirvaiz Khan, un refugiado afgano que vive en Islamabad, ha pasado muchas noches sin dormir debido a la decisión paquistaní de repatriar al colectivo.
"Tengo un negocio de comida afgana en Islamabad que está bien asentado, pero no veo ninguna posibilidad de éxito en Afganistán debido al terrorismo. Mi familia es una comunidad empresarial, no tenemos tierras ni otras fuentes de ingresos en Afganistán", explica a Xinhua.
Las condiciones son tan desoladoras en Afganistán que muchos retornados se cuelan por la porosa frontera y consiguen hacer sin problema su vida en Pakistán. En 2016, cerca de 400.000 refugiados regresaron a su tierra natal durante una campa?a emprendida por Islamabad. El a?o pasado, unos 60.000 volvieron al país de acogida, según fuentes oficiales.
Abdulá Khan, de 60 a?os, llegó a Pakistán cuando tenía 15. Tras más de cuatro décadas en la ciudad de Peshawar (noroeste), fue repatriado en 2016 con su mujer y sus hijos. Volvió tan solo unos meses después.
"Fue la experiencia más desagradable de toda mi vida", relata a Xinhua al recordar la experiencia. Según cuenta, no había médicos, ni clínicas, ni agua potable, ni trabajo. Prácticamente nada más que malas carreteras y el miedo constante a una muerte brutal a manos de los terroristas.
Los ancianos de los refugiados de Peshawar, donde residen buena parte de los refugiados afganos, transmiten en general su descontento por la "orden de marcharse" y han formado un comité para iniciar una campa?a destinada a convencer al Gobierno de que revise la fecha tope.
"El regreso de los refugiados no es posible hasta que la paz vuelva a Afganistán", resalta Malik Abdul Ghafar Shinwari, un veterano miembro del comité. A su juicio, Pakistán debería avisar con una anticipación de entre tres a cinco a?os a los refugiados ya que la situación afgana no facilita llevar allí una vida normal.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha puesto en marcha un programa de repatriación voluntaria para los refugiados y paga 200 dólares a cada uno de ellos que regrese a su país. Aunque está suspendido debido al invierno desde octubre de 2017, se reiniciará en marzo.
"Me llevó 30 a?os llegar a esta posición en la que puedo dar a mi familia un techo. Uno de mis hijos gana ahora para nosotros y el otro va a la escuela. Si vuelvo a Afganistán, me llevará otros 30 a?os construir una casa y conseguir trabajos", dice Azizi.
Sus ojos se nublan cuando habla de su vida en Pakistán: "Aunque no ha sido un lecho de rosas, al menos siempre me he sentido seguro y mis hijos han tenido acceso a la educación y la sanidad".