BEIJING, 7 mar (Xinhua) -- Ante las encrucijadas históricas suele haber dos opciones: aprovechar la oportunidad y crecer o perderla y caer.
Como nación que pagó un alto precio por la caída, China entiende ahora qué significa la "oportunidad" para su destino. La incapacidad de comprender la corriente de modernización del siglo XIX dio como resultado una amarga lección: China se sumergió durante un siglo en la oscuridad de la guerra, la pobreza y la desesperación.
Desde la fundación de la República Popular China, y especialmente desde la reforma y la apertura de hace cuatro décadas, la nación se ha puesto de pie y se ha adaptado a los tiempos.
China está aprovechando la oportunidad de la nueva revolución industrial para cambiar sus fuentes de crecimiento, abandonando los viejos tiempos de la economía de las exportaciones y la inversión en favor de un desarrollo con mayor papel del consumo. China está pasando de una fase de rápido crecimiento a una etapa de desarrollo de alta calidad. El problema más difícil al que se enfrenta ahora es la profundización de la reforma en cada una de las áreas clave.
China, en pocas palabras, no se puede permitir el coste de desaprovechar esta oportunidad histórica
Sacar partido de la oportunidad del desarrollo no significa un juego de suma cero, sino hacer una tarta más grande.
La economía mundial aún es inestable, aunque se espera una recuperación. Los efectos indirectos de los cambios de política en las principales economías crean incertidumbre. El proteccionismo está creciendo. Los riesgos geopolíticos están en ascenso. Decenas de millones de personas están desplazadas y muchas más pasan hambre.
China está dispuesta a compartir sus oportunidades con un mundo plagado de desafíos como la falta de paz, desarrollo y gobernanza.
En China se ha desarrollado una población de 400 millones habitantes con ingresos medios, la más grande del mundo, lo que ha dado lugar a un vasto mercado a nivel nacional y en el extranjero. Basta con pensar en cuánto salmón del norte de Europa o aguacates de América Latina necesitan los consumidores chinos. Por no mencionar la cantidad de equipos mecánicos y electrónicos importados (no así los desechos extranjeros).
Las oportunidades que presenta el desarrollo chino para el mundo son enormes en campos como la fabricación inteligente, el modelo "Internet Plus" o la economía digital y la compartida. La experiencia en China ha hecho, de múltiples formas, que muchas multinacionales sean mejores compa?ías globales.
Las buenas noticias para las empresas extranjeras siguen llegando. El primer ministro, Li Keqiang, anunció en su informe sobre la labor del gobierno del lunes que el sector manufacturero general de China se abrirá del todo, y que se ampliará el acceso a sectores como las telecomunicaciones, los servicios médicos, la educación, el cuidado de ancianos y los vehículos de nueva energía.
Como el país importante y responsable que es, China ha desempe?ado un papel constructivo en las cuestiones internacionales y regionales de gran envergadura, y ha hecho contribuciones significativas a la paz mundial.
Al igual que a muchos otros países, el crecimiento ha traído nuevos problemas a China, que sigue siendo el mayor país en vías de desarrollo del mundo, tiene un producto interno bruto (PIB) per cápita todavía en el nivel medio de la clasificación mundial y está aquejada de problemas agudos causados por un desarrollo desequilibrado e inadecuado que hasta el momento no han sido resueltos. Alrededor de 30 millones de personas viven por debajo del umbral nacional de pobreza. El país también debe controlar los principales riesgos y la contaminación.
Estos son retos. Pero si se resuelven bien, se transformarán en oportunidades. La jugada determinante es apostar por una mayor reforma y apertura que amplíe significativamente la influencia de la inversión extranjera.
Un ejemplo de las medidas que está tomando China para mejorar el rendimiento de su economía abierta es la sustitución del sistema de aprobación administrativa por un modelo de lista negativa o de exclusión. La inversión extranjera en industrias de alta tecnología se duplicó en los últimos cinco a?os gracias al desarrollo impulsado por la innovación. El número de expertos extranjeros que trabajan en China ha crecido en un 40 por ciento a medida que el país intensifica los esfuerzos por atraer talento para promover el desarrollo.
China está aportando su visión y bienes públicos para hacer que las reglas de la gobernanza global sean más justas y equilibradas. Los participantes en la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras y el Fondo de la Ruta de la Seda se están viendo beneficiados. Todo esto promoverá nuevos motores de crecimiento y un desarrollo más inclusivo tanto de China como del mundo.
El compromiso no siempre funciona sin problemas. China ha pedido resolver las fricciones comerciales a través del diálogo en pie de igualdad. Nadie saldrá ganador de una guerra comercial.
El mundo ha llegado a una era de gran transformación y cambios profundos. Siempre hay nuevos capítulos y nuevas cosas que pensar. No hay tiempo de detenerse.
China ha tomado medidas proactivas y emprendido acciones constructivas para construir una comunidad de destino de la humanidad. El objetivo es claro: trabajar juntos para aprovechar al máximo este período de oportunidad: un período para hacer cosas.
Solo la mente preparada sabe aprovechar la oportunidad. La historia de China en los últimos 40 a?os ha dado suficiente tiempo y razones al mundo para que prepare la mente: Compartir la oportunidad de China es tener el futuro ante sí.