Por Victoria Argüello
BUENOS AIRES, 7 may (Xinhua) -- El economista y sinólogo argentino, Gustavo Girado, aseguró que la relación entre China y América Latina "se ha modificado cualitativamente", al mencionar que existe en la actualidad un mayor conocimiento e interacción entre ambas regiones en numerosos ámbitos.
En entrevista con Xinhua, Girado se?aló que un ejemplo es la política de financiamiento que ha ofrecido Beijing a la región.
"Uno de los elementos más importantes que caracteriza la relación con China es la ausencia de condicionalidades en la medida que existen préstamos importantes", refirió el director del posgrado de especialización en Estudios de China Contemporánea de la Universidad Nacional de Lanús (UNLA).
Contrastó en ese sentido el manejo que ha tenido China de la política financiera externa con los esquemas del sistema financiero internacional, este último caracterizado por imponer condiciones políticas a los países benefactores de los préstamos.
En el caso de China, comenta Girado, hay un viraje en la forma de financiar proyectos para el desarrollo, en el que las propias empresas chinas no se limitan a la situación de vulnerabilidad financiera de los países.
Al referirse estrictamente a Argentina, Girado comenta que "cuando las empresas chinas participan en las licitaciones internacionales para obras de infraestructura o de extracción de recursos, son competitivas porque vienen con financiamiento, y hacen que la licitación sea posible".
"A su vez esto obliga a que los competidores (otras empresas) hagan una buena oferta y no se aprovechen de la delicada condición financiera de Argentina", agregó el magíster en Relaciones Internacionales, quien no descartó escenarios similares en países como Brasil y Venezuela.
Consultado sobre la relación comercial, el experto sostuvo que queda "un espacio enorme para transitar", para que América Latina pueda decididamente ofrecer a China productos con mayor valor agregado sobre la base de recursos naturales o productos primarios.
Se?aló que son estos productos derivados de la actividad extractiva los que poseen alta competitividad en mercados internacionales, incluyendo el chino, y que esto responde a "características estructurales de Latinoamérica".
"Eso no significa que como región no podamos exportar otros productos con mayor valor agregado, y allí hay una tarea importante que todavía Latinoamérica se adeuda consigo misma, porque debe estudiar mucho más la capacidad de consumo de China y sus características", explicó.
Según datos oficiales de las aduanas chinas, China y América Latina y el Caribe registraron volúmenes comerciales por 260.000 millones de dólares durante el a?o 2016, lo cual representó un ascenso interanual de 18,8 por ciento.
Por su parte, las últimas estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) reflejaron que el comercio intrarregional se multiplicó por 22 veces entre 2000 y 2013, mientras que en 2017 alcanzó los 266.000 millones de dólares.
Girado aseguró que pese a la cercanía entre ambas regiones, "el perfil hegemónico de China no aparece como relevante".
"No se vislumbra una política hegemónica desde el punto de vista del accionar político de China, es decir, China no se presenta como un país hegemón", se?aló.
No obstante, enfatizó que la relación aún es "novel", y que existen importantes retos, como el hecho de establecer un trato desde el bloque latinoamericano y no sólo a nivel bilateral (por países).
En el ámbito comercial, Girado consideró que existe un tema fundamental a abordar en la agenda común, que tiene que ver con la manera en que se logra que los países de América Latina agreguen mayor valor a sus bienes de exportación mediante "capitales chinos".
De esta forma, se encauzaría una mayor modificación de la estructura comercial de China con la región, agregó.