Por Li Bingcun
Yueqing, Zhejiang, 19/02/2020 (El Pueblo en Línea) - Mientras la epidemia de neumonía por el nuevo coronavirus se combate en China continental, un residente permanente de Hong Kong permanece varado en una ciudad de Zhejiang, una de las provincias más afectadas de la nación. él considera que las medidas "súper estrictas" impuestas para contener el brote son dolorosas, pero necesarias.
Yueqing, una ciudad a nivel de condado cerca del puerto industrial de Wenzhou, ha sido "cerrada" desde principios de este mes. Todos los caminos principales están bloqueados para frenar el flujo de personas. Los guardias patrullan las entradas y salidas clave. Las calles están desiertas, y casi todas las tiendas han dejado de brindar servicio. La ausencia de moradores en la calle destaca un silencio inquietante.
Esta escena es la que Peter Bentley ha experimentado desde que se encuentra en cuarentena durante las últimas semanas. Es una situación única en la vida de este británico, que ha recorrida este país en viajes de negocios, incluso durante el brote de SARS hace ya 17 a?os.
Para contener la epidemia, que hasta el martes ha privado de la vida a más de 1.800 personas e infectado a más de 72.000 en China continental, desde el 4 de febrero las autoridades en Yueqing han suspendido cualquier entrada y salida, y han clausurado todas las carreteras que conectan con otras ciudades y las principales vías de Yueqing. Otras dos regiones de Wenzhou también han tomado medidas similares.
Hasta el 3 de febrero, Yueqing había registrado 108 casos confirmados del nuevo coronavirus, aproximadamente un tercio de ellos en Wenzhou, que ocupa el segundo lugar de infectados, después de Chongqing, entre las ciudades fuera de la provincia de Hubei, epicentro del brote.
No era lo que Bentley había anticipado. Consultor de una empresa suiza, el ejecutivo de 71 a?os llegó a Wenzhou poco después del a?o nuevo lunar. Se estaba preparando para comenzar un proyecto de consultoría tan pronto como terminaran los días festivos y luego regresar a Hong Kong, a fines de febrero.
Cuando llegó a Wenzhou, la ciudad había registrado apenas 30 casos de afectados por el nuevo coronavirus. Bentley calculó, debido a la distancia que separa Wenzhou de Wuhan, que el brote pronto sería contenido.
Lo que no tuvo en cuenta fue los estrechos vínculos entre los residentes de ambas cuidades. Wenzhou es famosa por sus conexiones comerciales y una gran cantidad de personas que viven allí mantienen una inmensa red de actividades financieras por todo el país.
Se estima que hay unos 180.000 residentes de Wenzhou viviendo en Wuhan. Entre el 23 y el 27 de enero, un promedio de más de 3.600 personas de Hubei, en su mayoría de Wuhan, ingresaron diariamente a Wenzhou, lo que representa un riesgo "extremadamente alto" de infección importada, indicó el vicegobernador de Wenzhou.
Ese riesgo pronto se manifestó. El 31 de enero, el número de personas infectadas con la enfermedad en Wenzhou se había disparado a 227. Inquieto ante un posible deterioro de la situación, Bentley intentó reprogramar su vuelo de regreso a Hong Kong y salir el 1 de febrero, pero no tuvo éxito: todos los vuelos estaban reservados.
Más tarde se enteró de que la mayoría de los vuelos entre Hong Kong y China continental habían sido suspendidos. Lo que siguió a continuación fue la cuarentena completa e indefinida de Yueqing, iniciada el 4 de febrero.
Bentley consideró ponerse en contacto con funcionarios de Hong Kong en Zhejiang para que le ayudaran a tomar un vuelo de regreso a Hong Kong, pero finalmente abandonó la idea ya que pensó que no había nada que pudieran hacer para ayudarle. Se dio cuenta de que no tenía más remedio que establecerse en Yueqing y esperar.
Además de cortar todos los vínculos con otras ciudades de China continental, Yueqing ha impuesto medidas estrictas para controlar los movimientos de las personas. Toda la ciudad se ha dividido en secciones con barreras, patrulladas por guardias de seguridad.
Se requiere que los residentes se queden en casa y se les prohíba salir o entrar a sus hogares sin que se verifique su temperatura corporal ni se registren. Después de completar los procedimientos, se les permite ir al supermercado una vez cada dos días.
Bentley también ha escuchado que las autoridades locales enviarían inspectores a cada hogar para verificar la salud de los residentes.
El británico que permanece en el apartamento de su empresa, lee libros electrónicos la mayor parte del tiempo, y sale ocasionalmente a comprar artículos de primera necesidad. Además de aburrirse, todo lo demás parece estar bien.
El supermercado de su vecindario tiene suministros de carne, pescado y verduras, y los precios son estables. Bentley también compró máscaras faciales antes de que se agotaran.
A pesar de las dificultades y los inconvenientes encontrados, Bentley considera que esas medidas tan duras para controlar el brote son dolorosas, pero necesarias. "Creo que es como ir al dentista. O lo haces ahora y duele, o no lo haces ahora y luego te dolerá mucho más y será peor", reflexiona.
Las estrictas medidas contra la epidemia que se ejecutan en la peque?a ciudad le han dado la confianza necesaria que le hace creer que China puede vencer el virus y superar la crisis. "Por lo que he leído, he escuchado y he visto, creo que el gobierno chino puede lidiar con esto".
"No sé cuánto tiempo llevará, pero el gobierno chino no se rinde fácilmente. Y cuando se decide a hacer algo, lo hace", asegura.
Por el momento, Bentley todavía no puede regresar a Hong Kong, y tampoco tiene planes inmediatos de hacerlo.
Hong Kong, ha confirmado hasta ahora 62 infecciones y un fallecido. De acuerdo a los requisitos obligatorios del gobierno de la RAEHK, Bentley deberá permanecer en cuarentena dentro de su hogar durante 14 días. Se espera que la medida esté vigente hasta el próximo 8 de mayo.
A pesar de todas las complicaciones, en lugar de regresar a la situación de pánico de Hong Kong, Bentley siente que es más seguro permanecer en Yueqing hasta que haya pasado el momento de máxima crisis del nuevo coronavirus.
Zheng Wanying contribuyó con este reportaje.