Por Li Hongyang
Yunnan, 10/09/2020 (El Pueblo en Línea) -Los miembros de un escuadrón de élite de la Fuerza de Policía Armada Popular de Yunnan están a la vanguardia en sus operaciones.
Debido a sus resultados en la vigilancia de la frontera suroeste del país, la Comisión Militar Central otorgó en 1979 el título “Equipo Cuchillos de Acero” al Primer Escuadrón del Tercer Destacamento de la Policía Popular Armada de Yunnan.
Asimismo, el escuadrón se ha dedicado a una serie de tareas, incluyendo la lucha contra las inundaciones y el auxilio en caso de desastre.
Lu Xueliang: descubriendo su propio valor
Lu Xueliang, de 28 a?os, sirvió en el escuadrón durante ocho a?os. él confiesa que todavía siente una oleada de emoción cuando recuerda al prestigioso equipo y los esfuerzos que hizo por mantener su reputación.
Después de unirse en el 2010, Lu realizó arduas tareas, resistió la tentación a ser sobornado en los puestos aduaneros y arriesgó su vida proporcionando asistencia durante los desastres naturales.
Del 2016 al 2017, Liu y sus colegas fueron responsables de la seguridad de un puesto de aduanas en Shenzhen, provincia de Guangdong, donde revisaban individuos e vehículos considerados sospechosos. Ellos tuvieron que protegerse de todo tipo de tentaciones y amenazas a su seguridad.
"El volumen de tráfico de pasajeros era grande... llegó a 700.000 personas diarias. Nuestra tarea fue muy ardua", recuerda Lu.
"Los extranjeros no pueden imaginar a lo que nos enfrentábamos todos los días: intentos de soborno, ofertas de favores sexuales, e incluso amenazas a nuestras vidas. Asi lo intentaban los contrabandistas que aspiraban a que nos hicieramos los de la vista gorda".
La tentación tocó a la puerta varias veces
Un día, dos jóvenes lo siguieron hasta una zona apartada. Ellos le expresaron que los soldados ganaban bajos salarios y que tenían una manera fácil de ganar dinero extra.
"No sé lo que trataban de contrabandear, pero me ofrecieron una tarjeta bancaria con unos 20.000 yuanes (2.920 dólares) y me prometieron más. Me negué y reporté este acercamiento a mi superior", recuerda Liu.
Los camaradas de Lu también se enfrentaron a tentaciones como relojes de dos millones de renminbi, diamantes y iPhones.
A veces eran blanco de mujeres que trataban de evitar los controles aduaneros ofreciendo favores sexuales, y de contrabandistas que se volvían violentos y lo amenazaban con sus cuchillos. Estos sucesos siempre fueron reportados y muchos contrabandistas fueron detenidos.
"Nos comportamos honorablemente porque tenemos el deber de no desacreditar a nuestro escuadrón", asegura Lu.
En 2014, Liu participó en una operación de rescate por deslizamiento de tierra en Shangri-La, provincia de Yunnan. Liu escombreó durante ocho días y noches, ayudó a reubicar personas y se ocupó de poner a salvo sus propiedades.
"Antes de eso, sólo había visto trabajos de socorro en la televisión. Estaba preocupado por mi seguridad porque era la primera tarea de este tipo que había emprendido", confiesa.
"Me sorprendió una escena donde las casas se habían derrumbado y los cerdos muertos flotaban en el agua. Llevé sacos de arena para construir un terraplén. Llovía continuamente y la arena se mezclaba con el agua en mi uniforme y seguía frotando mi piel. Tuvimos que dormir allí mismo, cosa que nos dejó embarrados y malolientes".
Los lugare?os le ofrecieron una cálida bienvenida e incluso trajeron cestas de huevos hervidos, que entregaron a los exhaustos rescatistas.
Lu, de Qujing, Yunnan, se unió al Equipo Cuchillos de Acero porque admiraba la valentía de su hermano mayor, quien también es miembro de la Policía Popular Armada.
Sus padres no estaban de acuerdo con su decisión porque no creían que pudiera soportar las dificultades. Lo habían mimado un poco en casa y ni siquiera le dejaban hacer trabajo en la granja.
"En mi primer día en la unidad, estuve de acuerdo con mis padres. Tenía que levantarme a las 6:20 am, pero sentía que no podía abrir los ojos tan temprano. El entrenamiento físico también estaba más allá de mi capacidad. Sin embargo, no renuncié, porque había sido mi elección", manifiesta.
En 2018, Liu fue transferido a otro equipo en el destacamento. Sin embargo, admite que sus ocho a?os en el escuadrón lo convirtieron en una nueva persona y le ayudó a descubrir su propio valor.
"Dejé de fumar y me convertí en parte de la hermandad de la Policía Popular Armada. Ahora estoy sirviendo en otro escuadrón, y transmitiré ese espíritu a los nuevos reclutas", promete Liu.
Long Kanghua: recluta reacio
Cuando Long Kanghua se graduó de la escuela secundaria, su padre lo inscribió para la Fuerza de Policía Popular Armada de Yunnan sin decírselo.
"Convertirse en oficial de la Polícia Popular Armada era el sue?o de mi padre, no el mío. Yo no podía aceptar el hecho de que iba a entrar en esa fuerza. A mi padre le gustó mucho la idea de inscribirme sin contar conmigo porque pensaba que era ingenuo y demasiado juguetón", detalla Long.
En ese momento, Long estaba internado en una escuela secundaria en la ciudad de Pu'er, Yunnan, y su padre estaba trabajando como arquitecto en la prefectura autónoma de Xishuangbanna Dai, a unas dos horas en coche. Como resultado, raras veces se veían.
Long pasaba la mayor parte de su tiempo jugando baloncesto, charlando y pasando el rato con amigos en la escuela.
Después de unirse en 2018,a la Policía Popular Armada se dio cuenta de sus perspectivas profesionales.
"He recibido mucho entrenamiento que ha mejorado mis niveles de resistencia y me ha ense?ado a ser independiente", afirma el soldado de 20 a?os.
"También he aprendido la manera correcta de interactuar con las personas. Más importante aún, empecé a preocuparme más por mi familia y nuestros lazos se estrecharon. Sólo puedo tener acceso teléfonico a ciertas horas, pero siempre que puedo conseguir un teléfono tengo chats de video con mis padres".
Sus padres han pedido visitarlo en el campamento varias veces, pero él siempre se ha negado.
"No quiero que mis padres vean mi campamento, que está lleno de arena y polvo, o mi dormitorio, una tienda de campa?a que parece una caja humeante cuando alcanza una temperatura de unos 45 grados durante el día. Mi madre se preocupa mucho por mí. Incluso lloró por un peque?o herida que me hice en la mano", indica Long.
El calor significa que es difícil conciliar el sue?o por la noche, por lo que los oficiales deben mantener un ventilador activo y cubrir sus cuerpos con toallas húmedas.
"Entiendo que si experimento estas dificultades a una edad temprana mi vida futura será mucho más fácil", a?ade.
Long se lesionó el pie durante una carrera de entrenamiento, pero insistió en terminar el curso.
"Las carreras de cinco kilómetros requieren resistencia y fuerza de voluntad. Cada vez que siento que he gastado toda mi energía, gano motivo pensando en mis padres y en mi hermano recién nacido. Trabajo duro para ellos."
"En junio, mi hermano de un a?o me llamó 'hermano' por primera vez. Me sentí tan feliz y supe que debía darle un buen ejemplo. Mi padre ha mantenido a toda la familia, pero ahora debo compartir su carga".
Cuando se desmovilice de la Policía Popular Armanda, Long planea dirigir un negocio que alquila canchas de básquetbol para adultos y también proporcionar una instalación donde los ni?os pueden aprender sobre el deporte. También proyecta dirigir una tienda de comestibles.
"Nunca envidio a mis amigos de la escuela secundaria que ahora están dirigiendo negocios", aseguró.
"Mientras todavía sirva en la Policía Popular Armada, haré lo mejor que pueda. Sé que puedo aprender mucho aquí", recalcó.
Deng Jun: un sue?o hecho realidad
Cuando Deng Jun era un ni?o so?aba con ser soldado. Así que, cuando el a?o pasado se graduó de la Universidad de Ciencias de la Ingeniería de Guizhou, no se molestó en buscar un trabajo civil.
En su lugar, se unió a la Policía Popular Armada de Yunnan. Sin embargo, rápidamente se dio cuenta de que la vida militar era mucho más difícil que la universitaria.
"Durante mis a?os universitarios, rara vez me dormía antes de la una de la ma?ana. Y por lo general me levantaba al mediodía, veía películas o simplemente jugaba con mi teléfono en la cama. Cuando salía, mis ojos se deslumbraban por tanta luz y necesitaban adaptarme", asevera Deng.
"En aquellos días, yo era cómodo y perezoso. La Policía Popular Armada me ha hecho más autodisciplinado y ha cambiado totalmente de estado mental. Cuando conversó por video con mis padres me aseguran que mis ojos brillan más que antes".
Deng es el cuarto de cinco hijos. Sus padres se ganan la vida trabajando en empleos ocasionales.
"Mis padres están envejeciendo y no son tan fuertes como antes. Tengo que hacerlo bien en la Policía Popular Armada para poder pagarles su futuro", enfatizó el joven soldado.
"Yo solía ser ingenuo y no sabía nada más que jugar. Si no hubiera venido a servir en la Policía Popular Armada, ahora podría estar en una fiesta con amigos y asado”, admite.
Cuando el escuadrón evaluó por primera vez su estado físico, Deng estaba débil y sintió mucha presión.
Es una tradición en el escuadrón hacer un juramento frente a banderines de honor y certificados entregados décadas atrás.
"Fue increíble ver tantos banderines históricos. Me di cuenta de que ninguno de nosotros debería retener a nuestro honorable equipo".
Recordó cómo una vez siguió a un camarada a la tienda donde se muestran los honores del escuadrón.
"Lo vi parado, mirando los banderines de la pared. Me dijo que siempre buscaba apoyo espiritual cada vez que era criticado por su superior por no hacer un buen trabajo o simplemente por sentirse agotado", puntualizó Deng.
"A veces mi jefe de escuadrón se?alaba mis debilidades y errores, algo que nadie había hecho antes. Los corrigía de inmediato, pero me lastima su crítica y me sentía infeliz. Ahora entiendo que tenía razón. Sin embargo, ya no me siento infeliz cuando soy requerido y puedo cumplir con los estándares, incluso cuando nadie me obliga".
En el campus, Deng ha visto filmes como “Lobos Guerreros”, cinta que narra la historia de los soldados como héroes individuales. Aunque desde adentro descubrió que la Policía Popular Armada no se trata de heroísmo individual, sino de trabajo en equipo.
"Por ejemplo, los camaradas luchan por el honor como equipo. Nos ayudamos mutuamente con el entrenamiento diario y en corregir nuestras técnicas", admiró.
"Lo más importante que he aprendido en la Policía Popular Armada es a escuchar y respetar diferentes opiniones. Antes, yo hacía lo que quería y era muy egocéntrico. Ahora, pertenezco a un equipo. Todo el mundo tiene una cualidad especial, lo que significa que siempre discutimos las cosas y pedimos consejos para lograr mejor nuestros objetivos", concluyó Long.