La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) inauguró el sábado en Roma una reunión de una semana de duración con un llamado a favor de más derechos, igualdad y protección social en la lucha contra la pobreza y el hambre.
Durante su intervención en la cita que cuenta con la asistencia de representantes de más de 190 países, el presidente italiano, Sergio Mattarella, afirmó que el derecho a la alimentación debe ser un componente fundamental del derecho básico a la vida, y que nunca se logrará una verdadera paz a menos que la pobreza y la desnutrición sean vencidas.
Los asuntos como el cambio climático, los límites de los recursos naturales y la inseguridad alimentaria y energética tienen consecuencias que trascienden las fronteras y requerirán que los responsables políticos adopten un enfoque basado en los derechos en las cumbres clave sobre el desarrollo, las finanzas, las emisiones de gases de efecto invernadero y los nuevos objetivos de la ONU previstas para este a?o, agregó el mandatario.
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, enfatizó la necesidad de fomentar sistemas alimentarios eficientes e inclusivos al pedir a los gobiernos rechazar el aumento de las demandas del proteccionismo en los mercados internacionales de productos básicos y ampliar sus programas contra el hambre para lidiar con los nuevos problemas nutricionales, tales como la obesidad.
Destacando la importancia de la igualdad de género y el éxito logrado por América Latina en la reducción del hambre durante la última década, Bachelet indicó que las mujeres "tienen las claves de la seguridad alimentaria".
Al presidir la sesión de apertura de la conferencia de la FAO, Le Mamea Ropati, ministro de Agricultura de Samoa, apuntó que el trabajo de la FAO para proporcionar asesoría técnica y asistencia para el desarrollo ha ayudado a muchas de las personas más pobres que viven en los países más peque?os del mundo.
Por su parte, Luiz Inácio Lula da Silva, ex presidente de Brasil, impartió la conferencia bienal Frank McDougall, cuyo nombre se debe al economista australiano que ayudó a fundar la FAO.
Lula se refirió a las experiencias adquiridas a través del innovador programa "Hambre Cero" que llevó a cabo en 2003 después de ser elegido, el cual condujo a una mejora obvia del bienestar general en Brasil, donde menos del 5 por ciento de la población sufre de hambre en la actualidad, en comparación con el índice del 20 por ciento en el a?o que asumió la presidencia.
También resaltó la necesidad de la voluntad política para priorizar y garantizar los recursos estables en los presupuestos nacionales con el propósito de combinar los programas de alimentación, salud y educación con apoyo a los peque?os agricultores, los registros civiles rigurosos para garantizar la eficiencia y la transparencia, así como las políticas que incrementen los sueldos mientras "se trata a los pobres no como datos estadísticos, sino como seres humanos, hombres, mujeres y ni?os".