BEIJING, 3 feb (Xinhua) -- Tras un convulsionado 2016, el a?o que recién ha empezado no se presenta halagüe?o para los pueblos del Medio Oriente. De Siria a Irak, de Palestina a Turquía, la gente tendrá que seguir luchando para conseguir paz y estabilidad.
SIRIA
"?Podemos encontrar maneras de que los cortes energéticos sean soportables, pero vivir sin agua durante más de un mes es una auténtica pesadilla!", dice el sirio Nadir Rushdy mientras echa una mirada a los vacíos depósitos de agua de su casa.
Desde que comenzara 2017, la carestía de agua potable se ha convertido en el mayor problema de los habitantes de la capital siria, Damasco.
Según ha dicho el Gobierno, el suministro de agua de la ciudad cayó un 80 por ciento después de que, en diciembre, los grupos extremistas hiciesen estallar las bombas de los principales recursos hídricos capitalinos. Como resultado, millones de personas se enfrentan a cortes de agua.
El Gobierno sirio y la Media Luna Roja Siria han transportado cisternas de agua desde otras regiones a Damasco, donde el vital recurso ha tenido que ser racionado.
Rushdy, que ha cumplido ya los sesenta a?os, tiene que acarrear todos los días calderos y llenarlos de agua al igual que sus vecinos. "El agua alcanza apenas para los cinco miembros de mi familia, así que es imprescindible aprovechar cada gota", explica.
De acuerdo con las últimas informaciones, el Gobierno sirio ha recuperado las principales fuentes hídricas, con lo que espera aliviar la crisis, una crisis que ha dejado en evidencia la volatilidad que vive el país.
Las llamas de la guerra, tristemente, se mantendrán vivas en 2017.
Con el Estado Islámico (EI) en control de extensas zonas de las provincias de Rakka y Deir Ezzor, y Jaish al-Fateh (Ejército de la Conquista), de la mayor parte de Idlib, la batalla entre las tropas gubernamentales y los grupos extremistas se ve abocada a continuar.
También se espera que prosigan las conversaciones de paz en Ginebra entre el Gobierno y la oposición. El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, ha dicho que está previsto reanudarlas en febrero.
IRAK
Con su rifle de francotirador, el soldado iraquí Saned apuntaba contra unas instalaciones del Estado Islámico que estaban a menos de 100 metros de distancia.
Saned se encontraba en el segundo piso de un hotel en la ciudad de Mosul, muy afectada por la guerra. Los agujeros de balas y las marcas de explosiones en las paredes del hotel funcionan como recordatorio de las miserias y el dolor que la ciudad ha sufrido.
El 31 de octubre de 2016, los soldados iraquíes comenzaron una gran ofensiva para recuperar Mosul, la segunda ciudad más grande del país y el mayor baluarte urbano de los milicianos del EI.
El combate fue feroz, dado que el Ejército limitó el uso de las armas pesadas para minimizar las bajas civiles, mientras que, por su parte, los insurgentes respondieron con temeridad con coches bomba, ataques con cohetes e, incluso, utilizando a civiles como escudos humanos.
Después de la liberación de su parte este en enero, la reconquista del oeste de Mosul será, sin duda, la principal tarea para el Gobierno iraquí.
Al tiempo, el escenario político iraquí no se presenta en modo alguno tranquilo este a?o.
Los profundos conflictos sectarios entre grupos suníis y chiíes, kurdos y otras minorías llevarán al Gobierno de coalición a una baja eficacia.
Además, las potencias internacionales, entre ellas Estados Unidos y las naciones del Golfo, continuarán influenciando sobre el país en beneficio de sus intereses geoestratégicos.
El Gobierno iraquí probablemente afrontará una remodelación, ante la complicada situación a nivel nacional y el descontento entre los iraquíes.
TURQUIA
"Nunca pensé que 2016 fuese a ser tan duro", admite a Xinhua Ferhat Sarp, propietario del Azure Cave Suites, un hotel en el destino turístico turco de la Capadocia.
"Mi hotel registró un desplome en el número de turistas, fue el peor a?o de los últimos tres", dice Ferhat. "Todo esto se debió a los incesantes ataques terroristas y a la tormenta política".
En 2016, un total de 31,3 millones de personas visitaron Turquía, una caída del 25 por ciento en comparación con el a?o anterior, según las últimas cifras.
Hace un par de a?os, con el fin de aprovechar las oportunidades empresariales traídas por el auge turístico de Turquía, Ferhat abandonó su carrera en Estambul y volvió a su provincia natal de Nevsehir para regentar este hotel.
A pesar de la ralentización del negocio, Ferhat nunca se ha arrepentido de dejar Estambul, ciudad amenazada por los ataques terroristas. Allí, los residentes tienen miedo de ir a los locales nocturnos y a los grandes centros comerciales, mientras que los turistas raras veces se atreven a visitar los lugares de interés. La gente incluso se siente nerviosa en el aeropuerto.
Durante el último a?o y medio, Turquía ha sufrido aproximadamente 30 ataques con bomba, causando la muerte de más de 400 personas.
En el futuro, Turquía continuará enfrentándose con una situación de seguridad severa pues el Estado Islámico, el ilegalizado Partido de los Trabajadores de Kurdistán y el llamado movimiento de Gulen, ahora considerado como un grupo terrorista por Ankara por su supuesto liderazgo de un intento de golpe de Estado en julio de 2016, están todavía amenazando la seguridad del Estado, según Ferhat.
La única certeza puede ser un cambio en el sistema presidencial de Turquía. El 21 de enero, los legisladores turcos aprobaron un proyecto de ley sobre cambios constitucionales. Si dicho proyecto es aceptado en un referéndum nacional, el presidente, Recep Tayyip Erdogan, dispondrá de unos poderes enormemente ampliados para abordar los problemas sociales y de seguridad.