Por Juan Limachi
LIMA, 6 sep (Xinhua) -- Los peruanos de la comunidad de Magdalena de Cao, en la región norte?a de la Costa Pacífico, reeditaron una ceremonia milenaria con la imagen de la Dama de Cao, gobernante de la cultura mochica hace más de 1.700 a?os.
Después de recibir el busto, recreado con tecnología digital 3D (tridimensional), las autoridades de la comunidad de la Costa Pacífico "pasearon" a finales del mes pasado la figura de la antigua gobernante de la cultura preinca en una silla gestatoria.
Para el director del Museo Peabody de Arqueología y Etnología de la Universidad de Harvard, Jeffrey Quilter, todavía se mantienen secretos sobre el pasado de la mujer que detentó en su momento el poder político-religioso en esta región peruana.
"Es una mujer de gran poder del pasado en el que podemos estudiar mucho sobre el papel de las mujeres en culturas diferentes", subrayó.
Poco antes de "acompa?ar" a la gobernante por la plaza de armas de Magdalena de Cao, Quilter, entre sorprendido y respetuoso de la cultura milenaria de este país, destacó que Perú es una cultura viva, más allá de la misma arqueología.
"Siempre es difícil alegar papeles sociales de la arqueología, porque tenemos la cultura material para estudiar", subrayó Quilter.
Según el arqueólogo, el descubrimiento de este personaje femenino revela el poder que detentaron las mujeres en un determinado periodo de la historia de Perú, poco antes del ascenso del Imperio Inca.
"La Dama de Cao es una estrella en el cielo de la arqueología, en muchos sentidos importante porque es una tumba bien preservada y espectacular con los contenidos", expresó.
Por su parte, el funcionario Jesús Loayza, quien realizó trabajos de excavación en el complejo Arqueológico El Brujo, donde fue descubierta la Dama de Cao durante 2004, 2005, 2006, 2007 y 2008, destacó la importancia de esta personaje histórica.
"Es importante viéndola como visión andina, sobre todo de la cultura prehispánica, la cultura moche fue impresionante, somos los mejores metalúrgicos del mundo, una técnica impresionante de la aleación", destacó.
Cuando fue descubierta la momia de esta se?ora, los arqueólogos también encontraron una serie de joyas, platerías y ornamentos de oro y cobre, tallados exquisitamente, por las manos expertas de los artesanos.
Al respecto, Loayza destacó el trabajo delicado que realizaron los artesanos para cada ocasión social donde se presentaba esta poderosa mujer cuando gobernó esta región peruana, conocida ahora como La Libertad, 557 kilómetros al norte de Lima.
"Por ejemplo, tenemos los famosos collares, las narigueras que fueron elementos importantes de la Dama de Cao, diademas, coronas, láminas retocadas en oro y tiene parte también un poco de cobre, la famosa aleación, pero más cantidad de oro", explicó Loayza.
Durante un alto en la procesión de la imagen, que recorrió las calles de este pueblo escoltado por un grupo de soldados, encontramos al artesano José Luis Riquelme, quien expresó su admiración por la joyería exquisita exhibida por esta antigua gobernante.
"Soy artesano en piedra y en conchas, hago joyería, trabajo artículos de decoración y regalos, esculturas peque?as y todo lo relacionado que tenga que ver con temas precolombinos", explicó.
Con respecto a la joyería preinca, mencionó que estos objetos resaltan por su valor artesanal y por los objetos representados en forma de loros, pumas, peces, llamas y siempre impregnados de su cosmovisión.
"Unos tallados, una exquisiteces en todo los que la textura los colores y los temas, más que todo, tenían muchos conocimientos", resaltó.
Riquelme puntualizó que la joyería consta de pares de imágenes de peces, animales, felinos e imágenes zoomórficas que reflejan la cosmovisión de la cultura donde se desenvolvió la Dama de Cao.
"Ellos creían en la dualidad, el día y la noche; el cielo y la tierra; el solo y la luna, lo que se plasma como la dualidad de su cultura, como un tema ritual místico", puntualizó.
Riquelme, quien destacó el fervor casi religioso de los actuales pobladores al pasear la imagen de la Dama de Cao, hizo una comparación con el mismo fervor con que los antiguos habitantes de estas tierras adoraban a sus dioses.
"Nuestros ancestros creían que todo era divino, no tenían una explicación a los fenómenos naturales y físicos", puntualizó el artesano sentado en la plaza de armas, mientras cientos de pobladores llevaban en hombros la imagen de la mujer gobernante preinca.
La reedición de llevar en procesión a los antiguos gobernantes de Perú, como era común en el pasado, ahora registró un reinicio en esta ceremonia milenaria y se espera que en otras regiones de este extenso país rico pasado histórico ocurra lo mismo.