BOAO, China, 11 abr (Xinhua) -- Cuando en 1978 Beijing decidió abrir sus puertas al resto del mundo, quizás solo unos pocos dentro y fuera del país vaticinaron el extraordinario crecimiento económico que China iba a protagonizar.
Cuatro décadas más tarde, el presidente chino, Xi Jinping, presentó el martes nuevas medidas de reforma y apertura durante la reunión anual del Foro de Boao para Asia, que se celebra en la provincia insular sure?a china de Hainan.
En un momento de auge del proteccionismo y el aislacionismo en todo el mundo, estas relevantes medidas suponen una buena noticia para todos.
Las declaraciones de Xi eran muy esperadas. Una vez que estas políticas se ejecuten, los inversores extranjeros tendrán mayor acceso a mercados chinos como el bancario y el de los seguros. Al mismo tiempo, los derechos de propiedad intelectual tendrán una mejor protección y los aranceles sobre los vehículos importados descenderán de forma significativa.
Las nuevas y audaces medidas inspiran confianza en el continuado crecimiento económico de China. Y es así porque llegan en un momento en el que la economía del país asiático depende cada vez más del sector servicios y la trayectoria de su crecimiento está cambiando hacia uno basado en la calidad y orientado al consumo.
De hecho, uno de los ingredientes secretos de la receta mágica que ha hecho que China se convierta en la segunda mayor economía del mundo es la disposición de Beijing a ajustar las políticas existentes y formular otras nuevas basadas en las necesidades de cada etapa y de forma gradual.
La propia historia del desarrollo de Hainan es un ejemplo. En los primeros compases del proceso de reforma y apertura, la isla no estaba entre las cuatro primeras zonas económicas especiales. No era ni siquiera una provincia. Ahora se ha convertido en una de las muchas puertas de China al resto del mundo.
Y lo que es más importante, el tren de la economía mundial avanzará más rápido con un motor china fortalecido.
El último compromiso chino con la reforma y la apertura, así como las promesas hechas antes, muestran la determinación del país a contribuir a una economía global más abierta e integral.
Como dijo Xi en su discurso en Boao, "el pueblo chino continuará trabajando con el resto del mundo y haciendo mayores contribuciones a la humanidad".
Por muchos a?os, la exuberante economía china ha sido una fuerza motriz sostenible de la economía global. El papel de China como motor principal de la economía mundial se ha vuelto más prominente tras la crisis financiera de 2008.
Según cifras del Banco Mundial, China contribuyó en un 34 por ciento al crecimiento económico mundial entre 2012 y 2016, más que la aportación combinada de EEUU, la Unión Europea y Japón.
La edición de este a?o del foro de Boao se celebra bajo el lema "Una Asia abierta e innovadora para un mundo de mayor prosperidad". Dado que la globalización es inevitable e irreversible, el único futuro de todos los países y pueblos es uno compartido.
China, al dar un paso más hacia la apertura, ha reiterado su compromiso con la construcción de un mundo mejor. Se trata de una tarea colectiva que necesita el trabajo de otros actores globales.