Por Liu Jie
BEIJING, 11 jul (Xinhua) -- Los más recientes aranceles propuestos por la administración Trump subrayan su intimidación comercial y agravan la espiral de represalias en la mayor guerra comercial de los archivos económicos mundiales.
Días después de que entraron en vigor los aranceles para productos chinos por valor de 34.000 millones de dólares, la administración Trump está preparando aranceles sobre otras importaciones chinas valoradas en 200.000 millones de dólares.
Durante meses, el gobierno chino ha exhortado pacientemente a la administración Trump a dejar a intimidar a sus socios comerciales, a dejar de pisotear el sistema comercial multilateral y a tener una mentalidad abierta para que todos ganen.
En lugar de dar marcha atrás a su actitud belicista, la administración estadounidense reforzó el unilateralismo. No existe ninguna justificación para esta acción y para China no hay mejor camino que responder en defensa de sus intereses nacionales fundamentales.
La historia con frecuencia se repite.
Después de que el presidente estadounidense Herbert Hoover firmó una ley sobre aranceles en 1930, que elevó los aranceles sobre más de 20.000 productos importados, los principales socios comerciales de Estados Unidos respondieron con aranceles de represalia.
Este proteccionismo contribuyó a reducir las exportaciones de Estados Unidos en más de la mitad y los historiadores consideran que contribuyó a exacerbar la Gran Depresión.
Ahora que la economía estadounidense está registrando una duramente ganada recuperación es importante fortalecer la resiliencia y la competitividad de la economía de Estados Unidos a través de la cooperación con sus socios comerciales. El proteccionismo y el aislacionismo sólo empeoran las cosas.
La nueva propuesta arancelaria equivale a otro impuesto multimillonario sobre las empresas y las familias estadounidenses. La represalia de China equivale a miles de millones en nuevos aranceles sobre las exportaciones estadounidenses.
Los aranceles que generan aranceles que generan más aranceles sólo intensifican la guerra comercial que eliminará empleos y afectará el crecimiento económico estadounidenses.
De acuerdo con la Federación Minorista Nacional, si el gobierno de Estados Unidos implementa de forma plena los aranceles previstos, el producto interno bruto (PIB) del país podría bajar en cerca de 3.000 millones de dólares y conducir a la pérdida de 134.000 empleos estadounidenses.
Las acciones comerciales unilaterales pueden ser disruptivas e incluso pueden resultar contraproducentes para el funcionamiento del sistema económico y comercial global, dijo Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional.
China nunca ha temido una guerra comercial con Estados Unidos y cuenta con amplias municiones y alternativas para lidiar con las amenazas estadounidenses. China presentará pronto nuevas quejas ante la Organización Mundial del Comercio para salvaguardar sus legítimos intereses.
Trabajar constructivamente con China y con otros socios comerciales para abordar las disputas comerciales y de inversión favorece los mejores intereses de la administración Trump.