SAN JOSE, 16 jul (Xinhua) -- El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, abogó hoy en Costa Rica por el cese a la violencia en Nicaragua, que ha cobrado cientos de vidas en las últimas semanas, y llamó a una salida política a la crisis.
"Para mí es absolutamente esencial que cese la violencia, se revitalice el diálogo político nacional, porque solo una solución política es aceptable para Nicaragua. La violencia no permitirá solucionarlo", afirmó Guterres a periodistas en la capital costarricense.
Guterres habló con la prensa tras reunirse con el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, en la Casa Presidencial en San José, donde se encuentra de visita para celebrar el 40 aniversario de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
"Es responsabilidad primaria de los Estados la protección de sus ciudadanos. El número de muertos ya es un número totalmente inaceptable", expresó.
"Es evidente que hay un número de muertos chocante y un uso letal de la fuerza por entidades ligadas al Estado que no es aceptable. Por eso mismo es tan importante que termine la violencia y el diálogo político permita encontrar una solución inclusiva", a?adió.
Por su parte, el presidente Alvarado comentó que "lo que sucede en Nicaragua demanda una reacción de la Organización de las Naciones Unidas para detener la ola de violencia generalizada" desde mediados de abril pasado.
Alvarado agregó que las desapariciones forzadas, las detenciones arbitrarias, la intimidación contra manifestantes, medios de comunicación, estudiantes, defensores de derechos y miembros de la iglesia católica son actos inadmisibles que deben terminar cuanto antes.
El mandatario costarricense dijo que la situación en Nicaragua es un asunto prioritario, además, por el impacto directo en aspectos migratorios, sociales y económicos.
Nicaragua ha enfrentado desde mediados de abril pasado una ola de manifestaciones surgidas luego de que el gobierno intentó incrementar el monto de las cotizaciones a la seguridad social y reducir en un 5 por ciento el monto de las pensiones de los jubilados.
La medida provocó protestas en casi todos los departamentos del país y aunque fue revocada por el presidente Ortega, las manifestaciones continuaron en demanda de cambios institucionales y elecciones anticipadas.