Por Raúl Menchaca
LA HABANA, 15 oct (Xinhua) -- La gente se calma y cesan las conversaciones cuando Juan Cancio llega al Policlínico 19 de Abril, en el municipio habanero de Plaza de la Revolución, donde aún después de jubilado ejerce de manera voluntaria como rehabilitador.
Cancio se mueve con soltura y para alguien no avisado es solo un médico más, pero todo se vuelve asombro cuando se comprueba que este hombre de 78 a?os es ciego de nacimiento y ni siquiera usa bastón.
En la actualidad es uno de los más reputados rehabilitadores físicos de la isla, a quien buscan no solo pacientes, sino alumnos de medicina que llegan a su cercana casa para aprender los secretos de esa disciplina.
Con una maestría en rehabilitación, Cancio es apenas un ejemplo de las posibilidades que tienen en Cuba las personas invidentes, a partir de una voluntad gubernamental de ofrecer todas las garantías de acceso a la superación personal.
La Asociación Nacional de Ciegos y Débiles Visuales (Anci) agrupa actualmente a más de 30.000 personas, entre ellas unos 900 sordos ciegos, muchos de ellos con implantes cocleares obtenidos de manera gratuita para facilitarles la inserción social.
La Anci llega a este Día Internacional del Bastón Blanco con escuelas especiales que funcionan en las 15 provincias del país y en el municipio especial de la Isla de la Juventud.
En estas escuelas, además de preparar a los ciegos para las tareas cotidianas, en muchos casos les ense?an un oficio y hasta les abren las puertas de las universidades.
El centro más antiguo para ni?os con deficiencias visuales tiene 92 a?os y es la habanera Escuela Especial Abel Santamaría, que ha instruido a miles de menores de todo el país, pues fue el único existente durante varios a?os en la isla.
Ese plantel tiene una matrícula de algo más de un centenar de alumnos, aunque ya hay otros 14 centros similares en el territorio nacional.
Para facilitar esta labor educativa, se cuenta con imprentas especializadas en el sistema Braille para ciegos, así como bibliotecas con libros y revistas impresos para la lectura táctil.
La mayor biblioteca cubana de ese tipo funciona en el habanero Centro Nacional de Cultura y Recreación, que cuenta con más de 7.000 obras en Braille, grabadas en discos o editadas digitalmente.
Pero hay bibliotecas similares en casi todas las provincias de la isla, además de que la Biblioteca Nacional José Martí y la Rubén Martínez Villena en La Habana Vieja, las más importantes del país, cuentan con áreas especializadas.
"Esos centros contribuyen de manera especial a la ense?anza y preparación de los invidentes", afirmó a Xinhua el jefe del departamento de Educación, Cultura y Relaciones Públicas de la Dirección Nacional de la Anci, Carlos Ramírez.
Lo cierto es que en la actualidad dos centenares de ciegos o débiles visuales cursan estudios universitarios y prácticamente todos los aptos para trabajar tienen empleo asegurado, en especial en los 146 talleres especiales para discapacitados.
Muy relevante ha sido la presencia de los cubanos en el deporte, esfera en la que se destaca la velocista Omara Durand, una débil visual que ha sido cinco veces campeona paralímpica y seis veces titular mundial.
En la esfera de la cultura sobresale "Sin bastón", un singular grupo teatral cubano que acapara la atención del público al estar integrado por ciegos, pero sobre todo recibe premios y elogios de la crítica especializada.
El Día Internacional del Bastón Blanco fue instituido por la Unión Mundial de Ciegos para hacer alusión a ese aditamento como símbolo de independencia, igualdad de oportunidades e inclusión en todos los ámbitos de la sociedad.
Las personas ciegas celebran este día en diferentes partes del mundo con campa?as de concientización y convocatoria a la gente para que reflexione sobre las limitaciones que puede genera la falta de visión.
El uso del bastón se generalizó a partir de la Segunda Guerra Mundial y se complementó con el aprendizaje de técnicas de orientación y movilidad, que brindaron a las personas ciegas una herramienta integral que favorece la autonomía.