MEXICO, 3 oct (Xinhua) -- Dos semanas después del temblor telúrico de magnitud 7,1 en la escala de Richter que derrumbó casi 40 edificios en la Ciudad de México, los esfuerzos de los rescatistas se enfocan en encontrar a la última víctima que falta de ser sacada de entre escombros.
Se trata de un hombre atrapado desde el 19 de septiembre en las ruinas de un edificio de oficinas y consultorios médicos en el céntrico barrio Roma. De la estructura colapsada del inmueble que originalmente era de siete niveles, las brigadas han extraído hasta las primeras horas de este martes los cadáveres de 48 personas.
Tres células de seis especialistas del Ejército, la Armada de México y la Policía Federal rastrean cuidadosamente al hombre en los niveles cuatro y cinco del inmueble de avenida Alvaro Obregón 286, guiados por datos que la familia proporcionó sobre el sitio donde debió sorprenderlo el terremoto.
"El edificio es extenso, el nivel de destrucción es extenso y no tenemos todavía la localización de esta persona", refirió el comandante del Escuadrón de Rescates y Urgencias Médicas (ERUM) de la ciudad, Guido Sánchez, en conferencia la tarde del martes frente al lugar del siniestro.
La búsqueda conlleva un riesgo porque, después de 14 días, la estructura del edificio, del que se rescataron en las horas posteriores a 28 personas con vida, ha ido cediendo. El brazo de una grúa apoya la tarea levantando enormes pedazos de losa de concreto.
"Estamos haciendo labor de búsqueda. En cuanto tengamos la localización haremos la labor de extracción", abundó Sánchez
Las tareas de rescate de personas en la capital mexicana ya sólo se reducen a ese edificio, donde sólo resta hallar al hombre del que se tiene reporte que estaría sepultado, según la alcaldía y funcionarios del gobierno mexicano al tanto de los trabajos.
El temblor se ha cobrado, hasta este martes, la vida de 225 personas en la Ciudad de México, y de otras 141 en los estados de Morelos (74), Puebla (45), México (15), Guerrero (seis) y Oaxaca (una), según el último informe de la Coordinación Nacional de Protección Civil.
De color café, el inmueble de por lo menos cinco décadas de antigüedad, enclavado en una popular zona de bares, restaurantes y foros, es el sitio donde murió un mayor número de víctimas en la Ciudad de México. Rescatistas israelíes, colombianos, estadounidenses, japoneses y de otros países colaboraron en días pasados en la búsqueda de personas.
Sus inmediaciones, cerradas al tránsito por cintas de plástico, muestran las huellas de la batalla: campamentos de soldados, marinos, policías y bomberos se levantan sobre la avenida mezclados con polines de madera arrumbados, plantas generadoras de luz y el puesto donde la Fiscalía General toma muestras genéticas a familiares de las víctimas que murieron atrapadas.
Esas familias han permanecido en una tienda de campa?a frente al edificio aguardando por el rescate de los cuerpos de sus respectivos parientes, el último de ellos un hombre que los brigadistas sacaron la madrugada del martes.
El subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Interior), Roberto Campa, dijo que una vez que los especialistas encuentren al hombre que falta, es previsible que comiencen las labores de demolición del edificio.
"La siguiente etapa será seguramente la investigación y saber qué sucedió. Seguramente estaremos trabajando con las víctimas para revisar los derechos que la ley les otorga y cuál sería un esquema de reparación", se?aló Campa en la misma conferencia.
Mientras las tareas de búsqueda están cerca de terminar allí, la vida en el barrio Roma y su vecino Condesa continúa apagada a causa de los da?os que sufrieron casonas y edificios. Varias de sus calles continúan cerradas a los vehículos y prevalece la baja afluencia de clientes en los negocios que abren puertas, comúnmente llenos casi a cualquier hora del día.
"Se siente como un poco desalmado todo, se han mudado muchas personas y hay muchos negocios que no han abierto. Se siente sin tanto corazón como antes", sintetizó María Luisa, una vecina, mientras paseaba a sus perros en avenida Amsterdam.
Los dos barrios contiguos representan una de las zonas más golpeadas por el seísmo con epicentro en el sureste de Morelos, con por lo menos nueve edificios derrumbados y varios más fracturados. Sólo a espaldas del inmueble de Alvaro Obregón 286, sobre avenida Amsterdam, se observan condominios con da?os que fueron evacuados.
En una esquina del popular parque Espa?a, vecinos debajo de una carpa continúan ofreciendo alimentos y agua a brigadistas y oficiales que permanecen dispersos en las calles en tareas de limpieza o resguardo.
"Realmente parece que bombardearon la Condesa. Falta mucho por hacer, la reconstrucción va a tardar un buen tiempo", lamentó Antonio Hernández, uno de los encargados del puesto establecido desde la noche del sismo.