BUENOS AIRES, 17 nov (Xinhua) -- Una colorida feria de Buenos Aires recrea el mundo medieval, transformando un centro cultural de la capital argentina en un espacio mágico, con caballeros, damas, soldados de la corte, arqueros y nobles que disfrutan de un mercado con opciones de gastronomía, clases de arquería y la posibilidad de comprar ropa de época.
El evento, denominado "Mercadillo medieval", tuvo lugar este sábado en el centro cultural Mercedes Sosa, ubicado en la calle Humberto Primo 378, donde aficionados a la actividad como así también ocasionales transeúntes pudieron vivenciar cómo se vivía en Europa durante los siglos V a XV.
La actividad fue organizada por la Cámara de Artesanos Medievales (CAM), cuyo integrante de la comisión directiva, el docente Ariel Gómez, contó a Xinhua detalles de la propuesta, su objetivo y perspectivas.
"La idea es recrear un poco lo que es la época medieval, con música de la época, artesanos que realmente han estudiado. Todo lo que hay acá es recreación. Hay tres grupos de recreación histórica, que son 'Los cuervos de Odín', 'Los caballeros de Odín' y 'OCC', que son templarios", repasó el experto.
Entre estandartes y música de época que recreaba los sonidos de las tierras de celtas, galos, anglos y bretones, el docente subrayó que "la idea es que, culturalmente, la gente empiece a entender qué es la época medieval. Nosotros también tenemos un poco esa raíz de toda la gente que emigró a nuestro país. Toda la vida me gustó la época medieval, leí mucho de chico, tuve unos viejos (padres) que me incentivaron a leer".
"Al agarrar (tomar) la parte histórica, descubrís qué te gusta y qué te apasiona. La forma de hacerlo, para mí, fue claramente hacer cosas en cuero, recreación histórica en cuero: brazales, cinturones, pecheras, fundas de espada. Todo lo que sea cuero trato de recrearlo", dijo.
El lugar ofreció música, bailes, gastronomía, charlas de especialistas y un mercado para la compra y venta de ropas de época, como brazaletes, vestidos, pecheras y cascos, como así también muestras de espadas, arcos y flechas o reproducciones de soldados en miniatura.
"El público es variado, los seguidores que están siempre, que ya te conocen y que son una gran familia, y también está la gente de paso, como ocurre acá en San Telmo, que hay muchísima. He charlado con gente de Alemania, de Francia, de Inglaterra, brasile?os, uruguayos, paraguayos", celebró Gómez.
El mercadillo, dijo el recreacionista, "ha crecido muchísimo. Al principio éramos tres artesanos y en la feria eran cinco personas. Ahora ya es multitudinario y en Buenos Aires hay ferias prácticamente todos los fines de semana. En Rosario, en Córdoba, en San Luis, en San Juan, en muchísimas provincias se hacen también ferias medievales y nosotros vamos para allá".
Al explicar cómo surge la atracción por lo medieval, el docente mencionó que "inicialmente son libros, y después hay muchas películas dando vueltas, que uno las ve. De ellas se extraen ideas para atavíos, pecheras, cinturones, botas. Esas cosas ayudan a generar" contenido.
"En la Cámara en este momento somos 50 artesanos, pero en Buenos Aires cada vez hay más. Y en las provincias está creciendo. Hoy llegaron a entrar unas 500, 550 personas", precisó el directivo de la CAM, enfundado en una camisa clara y un chaleco de cuero.
Al concluir el evento, a las 23:00 (02:00 GMT del domingo), por el lugar habían pasado alrededor de 1500 asistentes, indicó Gómez.
Por su parte, Miguel Angel Marchesi, artesano de profesión, contó a Xinhua que mientras desarrollaba su tarea habitual con madera y metales reciclados, hace unos 10 a?os se entusiasmó con la cultura medieval.
"Participamos desde el 2001 en eventos temáticos de (la película) 'El Se?or de los Anillos', así empezamos, tanto en ferias temáticas como en hacernos trajes. Luego, en uno de esos eventos, en el 2007, vino gente que hacía recreacionismo, exhibiciones de espadeo medieval. Nos gustó la idea, y como había caído un poco el furor de lo de 'El Se?or de los Anillos' después de las películas, dijimos 'uy, que bueno esto'", repasó.
"Nos pusimos en comunicación con un montón de gente recreacionista, que estaba iniciándose en esgrima medieval y conversamos, dijimos de hacer una fiesta medieval. Ahí empezamos, hicimos los trajes medievales, un tipo de mercadería que se adaptara a la onda medieval y ahí comenzamos", recordó Marchesi.
El hombre, con una tupida barba blanca y un sombrero en tono rojo, dijo que "el atractivo de hacer algo histórico, medieval, es que uno va buceando en la historia".
De ni?o el artesano leía las aventuras de Robin Hood y eso generó su interés "por la aventura. Uno ve la parte épica, la parte linda de la cosa, la aventura. Tiene una parte mágica y atractiva", sonrió.