Guangxi, 30/10/2019 (El Pueblo en Línea) -Gracias al proyecto “Capullos de primavera”, Lan Zhilin se convirtió en la primera mujer doctora en su ciudad natal, algo que hace unos a?os sería impensable.
Fue una de las primeras 49 ni?as en ir a la escuela en Rongshui, la Región Autónoma de Guangxi Zhuang. Durante siglos, la etnia de los Yao rojos consideró que no era necesario que las hembras fueran a la escuela.
A unos 100 kilómetros al norte de Rongshui se encuentra el municipio Baiyun, donde nació Lan.
Escondido en las monta?as, Baiyun era una de las zonas más pobres de China. La comida era escasa y la vida dura. Las ni?as solían casarse antes de los 16 a?os y desarraigarse de su familia de nacimiento. Si la tradición dictaba que la hija casada se dedicaba a la familia del esposo... ?para qué molestarse en enviarlas a la escuela?
Para erradicar la pobreza y modernizar la vida de su gente, en 1988 el gobierno local -a pesar de manejar un presupuesto muy ajustado- destinó fondos para abrir una clase para ni?as.
Pero existían desafíos más grandes. Una y otra vez, los maestros tenían que visitar los hogares para persuadir a los padres. De hecho, más de la mitad de las estudiantes desertaron en su primer a?o.
"Las veo como mis propias hijas. Con mi amor y paciencia cambiaré opiniones", aseguró el maestro Wu Ruiping.
En 1992, el proyecto “Capullos de primavera” incluyó a las ni?as de la etnia en su primer grupo de proyectos de asistencia. En las décadas siguientes se graduaron 10 cursos.
“Capullos de primavera” fue lanzado en 1989 por el Fondo para Ni?os y Adolescentes de China, bajo la dirección de la Federación de Mujeres de China. Su objetivo es reforzar la asistencia en la educación de mujeres de zonas rurales, donde el sesgo de género es grande.
A diferencia de su madre, que se casó a una edad muy temprana, Lan tomó un camino diferente.
En 1997, fue aceptada en la Escuela de Medicina de Nanning. Tres a?os más tarde, se graduó, pero no pudo encontrar trabajo.
Una noche, un incendio estalló en su vecindario. Después de que el fuego fue contenido, surgió otra emergencia: la hermana de Lan iba a dar a luz.
Lan se preparó para recibir a su sobrina. Apelando a las habilidades que adquirió en la escuela de medicina, realizó un parto exitoso.
Dos a?os más tarde, Lan se convirtió en ginecóloga y obstetra del hospital de su ciudad natal y desde entonces ha recibido a más de 2.000 bebés.
"Cuando un bebé viene al mundo es un momento sagrado. Es un honor para mí estar ahí ayudando. Dedicaré mi vida a esta gran causa", promete Lan.
Además de ella, hay muchas otras mujeres de la etnia de Lan, que se han beneficiado del proyecto “Capullos de primavera”. Hoy son maestras, funcionarias... y desde sus puestos de trabajo contribuyen a la sociedad china.
A medida que las ni?as crecen, el programa “Capullos de primavera” también florece por toda China. En los últimos 30 a?os, las donaciones públicas han superado los 2.100 millones de renminbi (alrededor de 300 millones de dólares estadounidenses). “Capullos de primavera” se ha extendido y ahora financia escuelas rurales y ofrece becas para estudiantes de familia de bajos ingresos.
Zhu Xisheng, secretario general del Fondo para Ni?os y Adolescentes de China, afirmó que el programa “Capullos de primavera” ha ayudado a 3,69 millones de ni?as a ir a la escuela, financiado 1.811 escuelas rurales y ha distribuido millones de folletos para que las ni?as aprendan a identificar y evitar el acoso sexual.