RIO DE JANEIRO, 27 mar (Xinhua) -- Estados Unidos quiere que Brasil revise su cuota de tasas sobre importaciones de etanol a cambio de retirar al país sudamericano del sobrecargo en importaciones de acero y aluminio, informó hoy el director de Comercio Exterior de la Federación de las Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP), Thomaz Zanotto.
El directivo empresarial es uno de los miembros de la comitiva brasile?a que negocia con la administración estadounidense para evitar la aplicación de una tasa del 25 por ciento en el acero importado a Estados Unidos y del 10 por ciento al aluminio.
"Es un hecho que los paradigmas de la negociación comercial con los Estados Unidos cambiaron", dijo Zanotto a la prensa, además de explicar que las precondiciones de Estados Unidos son para empezar la negociación
Brasil, segundo mayor exportador de acero a Estados Unidos, logró quedar fuera de las tarifa tras intensas negociaciones con autoridades estadounidenses, que excluyeron el país de la lista de países que tendrán que pagar la sobrecarga al menos hasta el próximo 1 de mayo.
A cambio de negociar la retirada definitiva de Brasil de la lista de países que deberán pagar la tasa, Estados Unidos quieren revisar los límites tributarios a importaciones de etanol impuestos en septiembre pasado por Brasil, después de que la industria brasile?a viera como los precios del combustible caían debido al aumento de compras externas.
La Cámara de Comercio Exterior de Brasil (Camex) estableció un límite de 150 millones de litros de etanol para ser importados sin tasas extras por trimestre a Estados Unidos o 600 millones de litros por a?o, durante un período de 24 meses.
Si se sobrepasan las cantidades impuestas por Brasil, hay una tasa del 20 por ciento.
Zanotto afirmó que si las negociaciones entre los dos países avanzan, Estados Unidos podría apoyar el ingreso de Brasil en la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
Inicialmente, la administración del presidente norteamericano Donald Trump apoyaba el ingreso de Perú a la OCDE, algo que debería cambiar tras la renuncia del presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski a la presidencia la semana pasada.