Por Juan Limachi
LIMA, 5 sep (Xinhua) -- Zósimo Huaranga hace un alto en su recargada labor de carretillero en Perú, un oficio muy duro que, como miles de peruanos, creó para llevar el sustento diario a su hogar, en un país donde el 70 por ciento de la economía es informal.
A unas semanas del inicio de la fiesta de Halloween, con comercios provistos de calabazas, calaveras y vestidos negros de brujas, Huaranga ya vive el auge de esta campa?a comercial transportando mercancías en su carretilla de madera de dos ruedas.
"El movimiento en el Mercado Central o centro histórico capital de Lima es sólo por campa?as, el movimiento en las fiestas patrias, Halloween, Navidad, el A?o Nuevo, de ahí ya casi no hay mucho movimiento, sólo viene por campa?as", dijo a Xinhua.
Sobre sus hombros lleva el esfuerzo de dos décadas de trabajo, desde que emigró de su natal Huánuco, una ciudad norandina ubicada 410 kilómetros al noreste de Lima.
"Yo estoy trabajando (por) más de 20 a?os", rememoró al mirar con nostalgia los a?os transcurridos desde que se inició en este oficio de acarreo en el Mercado Central, uno de los más antiguos de la capital peruana, creado en 1851.
Cuando arribó a esta urbe de unos 8,5 millones de habitantes, lo primero que hizo, como miles de provincianos migrantes en esta ciudad, fue buscar a sus amistades y paisanos para conseguir un trabajo.
"Por intermedio de amigos, buscando trabajo y así empezamos", recordó con nostalgia sus inicios en este trabajo.
Con los a?os de experiencia, después de recorrer miles de millas transportando todo tipo de mercancía, tanto peruanas como importaciones exóticas procedentes de todos los países, ya conoce sus procedencias.
"Viene todo importado de otros países, bastante", comentó al mirar la diversidad de artículos y mercancía que proceden de China, India, Europa, Estados Unidos y Suramérica.
Según Huaranga, este trabajo que realiza con su carretilla de forma independiente le da la ventaja de trabajar con total libertad.
"Lógico, claro. Más horas, hay más descargas en las noches, es amplio para poder trabajar, depende de uno mismo, hay que generar responsabilidad, responsabilizarse por su trabajo, así nos dan trabajo los clientes", subrayó.
Con respecto a la comunidad de los carretilleros, este honrado trabajador detalló que en las galerías comerciales se concentra una comunidad de seis colegas.
Sin embargo, explicó que en los alrededores del Mercado Central, el gremio de estos transportistas aumenta porque en esta zona se registra mayor demanda de servicios de transporte de carga.
Huranga también se refirió a su familia, compuesta por ocho miembros, su esposa y sus seis hijos, todos menores de edad.
Gracias a este trabajo, que creó con un peque?o capital para invertir en su carretilla, ha logrado sacar adelante a sus hijos, al satisfacer sus necesidades básicas.
La jornada laboral de Huaranga se inicia temprano y termina al atardecer, cuando se pone el sol en el horizonte.
"Empiezo a trabajar de las 8:00 de la ma?ana hasta las 5:00 de la tarde o las 6:00 de la tarde con clientes conocidos", detalló.
Tanto él como sus colegas cuentan con una rutina establecida que cada uno de ellos cumple de acuerdo a sus necesidades.
Como miles de peruanos que trabajan en la economía informal, la modalidad del autoempleo es una práctica cotidiana en Perú.
"Eso es muy importante, cada padre de familia nos esforzamos en salir adelante, educar a nuestros hijos y luchar como debe ser, honestamente y con honradez", puntualizó, poco antes de emprender su marcha por las callejuelas atestadas de mercancías en busca de clientes.
Huaranga realiza además varios oficios, como "buhonero" (vendedor ambulante), acopiador de reciclaje, cobrador de autobuses y mecanógrafo ambulante.